sábado, 25 de febrero de 2012

Honor a quien Honor merece

         En los dias previos algun lector empedernido que tiene la desgracia de llamarse amigo mio, me recordo muy amablemente (y con amable me refiero a acompañado de todos los improperios que puede hacer uso una persona de su nivel educativo y cultural) que porque usaba una frase de un escritor conocido sin siquiera mencionarlo, y la verdad es que tiene razon, para los que han visitado mi blog creo que he obviado el hecho de que mi frase de inicio de blog no es original sino es solo un cambio de un enunciado famoso que le da titulo a un libro y mas que libro una forma de pensar.
         El titulo del cual esta inspirado este pequeño blog se llama "La Insoportable Levedad del Ser" y su autor es un Checo de nacimiento, nacionalizado Frances de 83 años y de nombre Milan kundera, ensayista y escritor, y a pesar del contexto filosofico y el gran analisis de pensamiento que realiza en sus obras el a rechazado muchas veces el titulo de Filosofista.
        Quisiera haer un analisis del libro, sin embargo se que resultaria fatuo, debido al contexto y a la profundidad de los temas que abarca y al ser un libro de pensamiento el lector siempre encontrara o dara forma a lo que va leyendo. Por esta misma razon los insto a la lectura del mismo...

Asi que sin mas;  Honor a quien Honor merece....

Link de Descarga:

La Insoportable Levedad del Ser - Milan Kundera 1984

Pelicula:

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"Los perros tienen muchas ventajas con respecto a las personas, pero hay una que vale la pena: en su caso, la eutanasia no está prohibida por la ley; los animales tienen derecho a una muerte caritativa. Karenin andaba con tres patas y pasaba cada vez más tiempo en el rincón. Se quejaba. El matrimonio estaba de acuerdo en que no podían hacerlo sufrir inutilmente. Pero la aceptación de ese principio no era suficiente para eliminar la angustiosa inseguridad: ¿cómo reconocer el momento en el que el sufrimiento ya es inútil?, ¿cómo determinar el momento en el que ya no merece la pena vivir? 

Sí al menos Tomás no fuera médico! entonces podría esconderse detrás de alguien. Podría ir al veterinario y pedirle que le pusiera una inyección. 
Qué terrible es asumir el papel de la muerte! Tomás insistió durante mucho tiempo en que él no le pondría la inyección, en que llamaría al veterinario. Pero después comprendió que podía otorgarle un privilegio que no tiene hombre alguno: la muerte tendrá para él el aspecto de aquellos a quienes quiere. 
Karenin pasó la noche quejándose. Cuando Tomás lo auscultó por la mañana, le dijo a Teresa: "Ya no esperaremos más". 

Era de madrugada, pronto iban a tener que irse los dos de casa. Teresa entró en la habitación a ver a Karenin. Hasta entonces había estado acostado sin moverse (ni siquiera le había prestado atención a Tomás mientras lo auscultaba) pero ahora, al oir que se abría la puerta, levantó la cabeza y miró a Teresa. 

Era incapaz de de soportar aquella mirada, casi la asustaba. Nunca miraba así a Tomás, así sólo la miraba a ella. Pero nunca con tanta intensidad como esta vez. No era una mirada desesperada o triste, no. Era una mirada de terrible, insoportable confianza.Aquella mirada era una ansiosa interrogación. Toda la vida había esperado Karenin la respuesta de Teresa y ahora le comunicaba (aún con mayor urgencia que nunca) que seguía preparado para oír aquella verdad. (Todo lo que proviene de Teresa es para él verdad: incluso cuando le dice "sientáte!" o "acuestáte!", para él estas son verdades con las que se identifica y que le dan sentido a su vida. 

Aquella mirada de terrible confianza fue breve. Al cabo de un momento volvió a apoyar la cabeza sobre las patas. Teresa sabía que nunca nadie más volvería a mirarla así
."
 



Extracto de La Insoportable levedad del ser-Milan Kundera

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